Oda a la elocuencia.
Heme aquí una vez más,
Sintiendo como parte de mí retumba, cual caballo galopante.
Percibo como don inagotable y puro, el vínculo tan tuyo y mío;
Que me renueva dulce, con la promesa de libertad incipiente.
Me figuro al estar a tu lado, que viajo hacia el Este por un incesante río,
Con vehemencia aferrada a mi balsa a medio construir, frágil y ténue;
acarreando un espíritu aventurero y su imperante sed de conquista,
Inexperta, equivoco y enmiendo la desventura que con mis labios hilvano al viento.
Me encuentro ante ti y entiendo que nuestro instante es primordialmente fugaz,
Y que busco en mis entrañas los facundos excipientes que me brinden ese anhelo tan propio
en que mi alma y la tuya se congregan y puedo transmitirte, también en esencia,
la vibración que de mi ser se emana al sentirme resguardada bajo tu resplandeciente manto.
Estoy sedienta de ti, tanto como lo estoy de mi,
De mi obsesión constante por poseerte,
De mis ansias de volverme vigor que enamore y converja,
Honor que a mis manos envuelva y fulgor que a mi frente confiera.
Incrédulos, quienes te desconocen describen tal devoción como sorda y perseverante,
Y respondo de y para mis adentros,
que al ser yo quien domine nuestro radiante y efímero acercamiento,
Mi melodía retumba con el rigor que ostento, mi orquesta aún desvaída prevalece,
Y por ese instante, me vuelve visitante de todo universo que en derredor se emplace.
Es de mi espíritu, profundo sentimiento
que nubla por igual la mesura como la calidez que irradia.
Es destello que nace y persiste,
Que acompañado de suave brisa, desata el deseo rebelde de mi cabello;
Y de mis ojos, pasión que se transforma en determinación ferviente.
Es oficio que aqueja a mis rodillas tambaleantes,
Y seguridad que surge en cualidad constante.
Es verdad purísima que anhelo,
Y expresión vital que a mi patria importe.
Pertenezco a este lugar,
pues mis sueños se fusionan con la labor que realizo,
con el amor que hacia mis hermanos profeso.
Pertenezco con toda mi ideología y razón,
Y en mi deber, aspiro a ser cada día mejor.
Hoy, me antecede la gracia de todos cuantos han acompañado mi formación,
Pues por contagio me han alcanzado pedazos de la virtud que representan.
Hoy me sucede la experiencia, la soltura, el aprendizaje constante.
Hoy, me corresponde respirar siendo parte de la humanidad pensante.
Finalmente, observo con ávida templanza la inmediatez a la que correspondo,
Me revisten las miradas expectantes, me deslumbra la bóveda estrellada,
Me demanda intelecto aquella a quien otorgo veneración;
Hablo de ésta, mi ansiada tribuna.
A ti ofrezco cada conato de lucidez expresa,
Así como a ti obsequio cada silencio respetuoso,
A ti dedico la aglomeración actual de mis sentimientos.
Es entonces que bendigo tanto mis arrebatos, como cada uno de mis yerros.
Es momento en que comprendo que de mi andar funjo como Arquitecto,
Y que la discrepancia seductora entre mi alma y esta plataforma elocuente,
jamás salió de las cuatro paredes de mi cuerpo.
Fraternalmente
“Trabajando por el Bien de la Patria y de la Humanidad”
Q˙.˙ H˙.˙A˙.˙J˙.˙E˙.˙F˙.˙ Mónica Tamara Ceballos Turcott.